lunes, 15 de agosto de 2016

El aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información

Es lunes 6 de junio y llegar a la Universidad no se siente como todos los días. Existe una ligera incertidumbre por descubrir quiénes serán los talleristas. Todos buscan un taller con un título atractivo, pero sobre todo miran el profesor que lo va a dictar.

Empieza la semana de talleres y se llega pensando en qué de nuevo se aprenderá. Llego y me siento a esperar a Alejandro Vinces y Josefa Paredes quienes, se supone, nos darán este taller. Quince minutos después llegan dos jóvenes que parecen un par de alumnos más, pero no, son ‘los profes’. “interesante” pienso y me predispongo a escuchar lo que van a decir.

Los dos chicos son muy jóvenes y tienen apariencia de estar recién graduados, son altos y muy agradables. Nos empiezan a explicar de qué va el taller y qué es lo aprenderemos. Suena bastante interesante y es la primera vez, desde hace mucho, que me siento realmente interesada.

El día transcurre y parece que fue sólo una hora¸ quiero seguir aprendiendo, quiero seguir descubriendo nuevas cosas. Pero es tiempo de ir a casa. Lo más interesante de todo es que haremos un cortometraje sobre el tema que queramos y como queramos.

Un requisito del taller era tener cámara digital, pero como no tengo una, decido pedir prestada. Una amiga se arriesga a prestarme su Nikon D5300, es una hermosa cámara que no sólo tiene múltiples funciones y opciones, sino que tiene un elevado costo por si se me ocurre perderla.

No sé cómo usar una cámara profesional. Y ese es mi primer aprendizaje. Exploro la cámara, sus botones, tomo un par de fotos en modo automático para mirar cómo salen. No sé mucho de esto pero sé que es una cámara fabulosa.

Guion técnico y guion literario es lo que nos enseñan estos chicos, de modo muy superficial diría, pero lo básico está; queda auto-educarse sobre lo que uno no entendió o faltó ahondar. Mi grupo y yo decidimos hacer un cortometraje de suspenso y pensamos en las mil y una probabilidades de cómo sería la historia, quién sería el protagonista, cómo terminaría, etc. Terminamos decidiéndonos por una historia bastante interesante de una chica que sufre de paranoia y tiene delirios de persecución.

Otro aprendizaje: hacer guiones y armar una historia con personaje y todo para un cortometraje.
Empezamos la grabación: la ‘actriz’, que en realidad es una de nosotras, empieza la escena uno y todo marcha bien, hasta que nadie puede tomárselo en serio y empiezan las carcajadas que incluso molestan a los chicos que reciben una clase a 10 metros de nuestra primera locación.

Resulta que la primera actriz no puede hacerlo y deciden ponerme de protagonista. Siento escalofríos porque nunca he actuado y según dicen mis amigas, no lo hago mal. Pero cuando empezamos a grabar me meto en el personaje y trato de hacerlo muy bien. Las tomas siguen corriendo y empieza a gustarme cada vez más.

Terminamos la grabación después de mediodía y, después de ‘pegarnos’ un rico desayuno, revisamos las grabaciones. Todas las tomas están bien hechas, para no ser profesionales. Ahora viene el trabajo de edición pero de eso se encarga el que sabe: José.

Llega el sábado 11 y al fin podemos ver cómo quedó el trabajo y solo puedo decir que quedé sorprendida. Estoy emocionada porque jamás pensé que sería algo tan complejo pero satisfactorio al final. Finalmente he decidido dedicarme a esto, solo que hay un pequeño problema: no sé nada. Jajaja pero no importa porque estoy para aprender.

Por Josseline Medina

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