EL SENTIDO QUE CURA (CRÓNICA- ANDREA FLORES)
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ANTETÍTULO 
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Carmen Buri  
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TÍTULO 
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EL SENTIDO QUE CURA  
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SUMARIO 
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Del Macará a
  Guayllabamba, una vida dedicada a cuidar de los demás . Dueña de una sonora
  risa y un ánimo único. 
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CUERPO DEL
  TEXTO 
En Macará, la ciudad del arroz,
  un  28 de Julio de 1965, según su cédula de
  identidad (fuente), nació Carmen
  Buri. Sin embargo, su madre, Carmen Paladines(fuente), una mujer de 72 años de edad, de cabello corto con
  varias canas rebelándose contra el tinte que mensualmente se pone, afirma
  que fue el 16 de Julio que llegó a este mundo con un gran grito que retumbo
  en las paredes de su casa. 
Aún ahora se escuchan sus gritos
  en su casa situada en la parroquia de Guayllabamba mientras habla a uno de
  sus hijos por no cuidarse del mal tiempo que está en la ciudad. <<Eso
  te pasa por no abrigarte. Yo, cuando eran chiquitos a ti y a tu hermana les
  ponía chompa a las 3 de la tarde porque eran como pollos>>. Quizá una
  de los términos que  definen a esta
  mujer es el amor y cuidado que tiene con respecto a sus conocidos. Desde sus
  12 años de edad, Carmen aprendió a inyectar para <<pincharles a sus
  hermanos pequeños>> dice su madre.  
Una de sus 5 hermanos, Luz Buri (fuente), comenta que <<Una
  enfermera llamada Orestila enseñó a inyectar.  Yo no he hecho la intención. A mí no me gusta
  mucho eso; pero a ella sí que le gustaba inyectar>> dice la señora
  Luchita, apelativo que utilizan sus conocidos, mientras abraza a su nieto.  
Aunque en la actualidad se dedica
  a trabajar como ama de llaves en la parroquia de Nayón, sigue inyectando
  a cuanto enfermo allá en su casa. Pero ahora, no solo
  se consagra a curar de aquella manera. Cuando le pregunte a la Señora María
  Suquillo (fuente), amiga y
  compañera de caminata para llegar a su trabajo, sobre el sentir de Carmita, ella me dijo << Una vez estuve triste, pero cuando la señora
  Carmen me hablo de la palabra de Dios y me obsequio un librito, me sentí
  mejor>>.  
Yo, recuerdo que una vez me dijo:
  << ¿Por qué estás triste?, yo le dije: << No me ha ido tan bien
  en la Universidad>>. Ella con mucha confianza me abrazo y me
  respondió: << seguro que mañana te irá mejor, orare mucho a Dios
  para que te vaya mejor, no te sientas desanimada que en la vida siempre van a
  existir muchas adversidades que debemos superar para llegar a
  nuestra meta final >>. A pesar de no ser creyente, esas
  palabras me hicieron sentir mejor. Al día siguiente cuando me volvió hacer la
  misma pregunta, le respondí <<me fue mucho mejor>>, a lo que ella
  termino diciendo << yo, oré mucho a Dios para que este día te vaya
  muchísimo mejor>>. 
Pero sin duda una de las mayores  habilidades de esta mujer de cabello negro,
  tez trigueña, de mediana estatura y de cuerpo delgado es que actúa  con amor. 
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CONCLUSIÓN 
Pese
  a que he discutido fuertemente con ella, también he
  llorado sin temor, he reído a carcajadas a su lado, he compartido un pan. Siempre
  he tenido  en mi mente que esta mujer
  ha sido  y es el pilar
  fundamental en mi vida, por ser mi amiga, mi compañera, mi sanadora, mi
  madre.  
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