domingo, 7 de agosto de 2016


EL SENTIDO QUE CURA (CRÓNICA- ANDREA FLORES)

ANTETÍTULO
Carmen Buri
TÍTULO
EL SENTIDO QUE CURA
SUMARIO
Del Macará a Guayllabamba, una vida dedicada a cuidar de los demás . Dueña de una sonora risa y un ánimo único.
CUERPO DEL TEXTO
En Macará, la ciudad del arroz, un  28 de Julio de 1965, según su cédula de identidad (fuente), nació Carmen Buri. Sin embargo, su madre, Carmen Paladines(fuente), una mujer de 72 años de edad, de cabello corto con varias canas rebelándose contra el tinte que mensualmente se pone, afirma que fue el 16 de Julio que llegó a este mundo con un gran grito que retumbo en las paredes de su casa.
Aún ahora se escuchan sus gritos en su casa situada en la parroquia de Guayllabamba mientras habla a uno de sus hijos por no cuidarse del mal tiempo que está en la ciudad. <<Eso te pasa por no abrigarte. Yo, cuando eran chiquitos a ti y a tu hermana les ponía chompa a las 3 de la tarde porque eran como pollos>>. Quizá una de los términos que  definen a esta mujer es el amor y cuidado que tiene con respecto a sus conocidos. Desde sus 12 años de edad, Carmen aprendió a inyectar para <<pincharles a sus hermanos pequeños>> dice su madre.
Una de sus 5 hermanos, Luz Buri (fuente), comenta que <<Una enfermera llamada Orestila enseñó a inyectar.  Yo no he hecho la intención. A mí no me gusta mucho eso; pero a ella sí que le gustaba inyectar>> dice la señora Luchita, apelativo que utilizan sus conocidos, mientras abraza a su nieto.
Aunque en la actualidad se dedica a trabajar como ama de llaves en la parroquia de Nayón, sigue inyectando a cuanto enfermo allá en su casa. Pero ahora, no solo se consagra a curar de aquella manera. Cuando le pregunte a la Señora María Suquillo (fuente), amiga y compañera de caminata para llegar a su trabajo, sobre el sentir de Carmita, ella me dijo << Una vez estuve triste, pero cuando la señora Carmen me hablo de la palabra de Dios y me obsequio un librito, me sentí mejor>>.
Yo, recuerdo que una vez me dijo: << ¿Por qué estás triste?, yo le dije: << No me ha ido tan bien en la Universidad>>. Ella con mucha confianza me abrazo y me respondió: << seguro que mañana te irá mejor, orare mucho a Dios para que te vaya mejor, no te sientas desanimada que en la vida siempre van a existir muchas adversidades que debemos superar para llegar a nuestra meta final >>. A pesar de no ser creyente, esas palabras me hicieron sentir mejor. Al día siguiente cuando me volvió hacer la misma pregunta, le respondí <<me fue mucho mejor>>, a lo que ella termino diciendo << yo, oré mucho a Dios para que este día te vaya muchísimo mejor>>.
Pero sin duda una de las mayores  habilidades de esta mujer de cabello negro, tez trigueña, de mediana estatura y de cuerpo delgado es que actúa  con amor.

CONCLUSIÓN
Pese a que he discutido fuertemente con ella, también he llorado sin temor, he reído a carcajadas a su lado, he compartido un pan. Siempre he tenido  en mi mente que esta mujer ha sido  y es el pilar fundamental en mi vida, por ser mi amiga, mi compañera, mi sanadora, mi madre.

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