¡Búsquenlo!
no debe ir muy lejos
La celebración
navideña en un centro de retención para jóvenes habría sido el momento propicio
para la fuga.
Como en una escena de persecución policial de
película hollywoodense los uniformados se encaminaron presurosamente a la
búsqueda del joven que según
testigos solo hace apenas
unos minutos había desaparecido del centro penitenciario.
La última vez que vieron a Andrés se dirigía
al baño, al notar su prolongada ausencia en el evento decidieron ir a buscarlo
y no lo encontraron.
Maryuri Rosillo, voluntaria del centro recuerda “llegábamos cada
jueves a alfabetizar a los jóvenes, yo daba clases de estudios sociales y mi
amiga Gabi de matemática, ellos eran
tranquilos, no causaban problemas”.
En medio del ambiente
festivo, la bulla de las risas y los actos artísticos de danza y canto en los que participaban los jóvenes del
Centro de Orientación Juvenil Virgilio Guerrero esa mañana, el rostro alegre de los seis policias que se encontraban sentados en
la primera fila del público se transfiguro, su expresión se volvió tensa cuando uno de los vigilantes se
acercó para informarles sobre la posible fuga de un joven.
¡Búsquenlo! ¡No debe ir muy lejos! Advirtió
la voz rasposa del oficial a cargo. La salida presurosa de los oficiales no pasó
desapercibida pero solo algunos de los presentes conocían el motivo, así que
las presentaciones y la música continuaron.
Pese a que la entrada del centro se
encontraba vulnerable por el ingreso de algunos familiares invitados, Andrés no
había salido por el lugar informó el custodio de ese acceso.
Cerca del baño encontraron sobre una pared de
tres metros unas sábanas trenzadas. Sin duda alguna ese era el lugar por donde
había escapado. Los policías tomaron sus toletes y el oficial a cargo su
pistola. Salió con el arma en las manos seguido de sus subordinados, pocos
pudieron observar la atemorizante escena.
No se supo de ellos hasta casi después de una
hora cuando volvieron con Andrés, nadie había salido herido. Sin embargo Andrés
lucia desaliñado, sucio como si se hubiese arrastrado por una cloaca.
Efectivamente había intentado huir sin éxito por
una alcantarilla donde fue apresado. No había corrido muy lejos dominado por
los nervios.
La triste escena del ingreso de los gendarmes
con Andrés esposado conmocionó a sus compañeros.
“No
la pasamos mal” había comentado Jorge, otro de los chicos a Gabriela quien les daba clases de
matemáticas, “nos dedicamos a la carpintería, la mecánica industrial, la
pintura aprendemos cosas pero estar lejos de nuestras familias no es fácil” le
dijo a la joven.
Aunque
el día de su salida estaba próximo, Andrés no pudo contener las ganas de ver a
su madre en Navidad, lo cual lo había llevado a ganarse dos meses más en el
centro. Andrés de 17 años es oriundo de Santo Domingo, su madre no había podido
asistir al festejo al que fue invitada porque tenía que trabajar y no le habían
dado permiso. Hace tres meses que no se veían desde que Andrés ingreso al
centro por robo.
En Ecuador, la Unidad de Adolescentes
Infractores es el organismo encargado de la investigación de los jóvenes, de
entre 12 y 17 años, que tienen conflicto con la Ley Penal.
Solo en 2013 se registró la
detención de 32 adolescentes según datos facilitados por la Fiscalía de
Adolescentes Infractores, por delitos contra la propiedad y la vida. (Diario La
Hora).
Por. Sandra Villalta
No hay comentarios:
Publicar un comentario